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¿Cómo Emprender y no morir en el intento?

Emprender sin morir en el intento
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¿Cómo Emprender y no morir en el intento?

Es común ver a los profesionales de hoy acariciar la idea de emprender ideas de negocios que sustituyan la opción de participar en el mundo laboral. Nuestra mentalidad educativa poco a poco está cambiando la temática de formar profesionales que busquen un buen trabajo al momento de graduarse, por la de elegir una profesión que les permita por sí mismos generar riquezas.

Los Millennials se sienten mucho más comprometidos con un futuro empresarial propio, que les garantice manejo de su tiempo, mayores posibilidades de crecimiento económico y de ver materializados sus sueños, pero ¿qué hace que emprender sea una tarea  con resultados positivos, sin morir en el intento? Daremos algunas pinceladas que desde nuestra experiencia son las más importantes.

– Se debe emprender un negocio desde la concepción de servir a una necesidad en el mercado. Esta necesidad debe identificarse y concebirse como una idea de negocios. El próximo paso es validar que, para suplir esta necesidad de mercado, poseemos las competencias y fortalezas exigidas para poder aprovechar todas las oportunidades que nuestro emprendimiento requiere.

Esta necesidad que identificamos en nuestro mercado puede surgir del análisis de nuestras fortalezas, pueden ser el fruto de nuestra profesión o grado universitario, incluso de un hobbie o una técnica que dominemos, entre otras. Es muy cuesta arriba emprender una idea de negocios sin contar con ninguna habilidad que nos de ventajas competitivas para aprovechar las oportunidades.

– Debemos emprender, no con la idea de lograr un éxito económico o de ganar dinero, sino de lograr ser exitosos en lo que hagamos. Querer lograr el éxito nos impulsará a ser comprometidos en nuestra actividad, y a realizar nuestras labores con la pasión necesaria que nos haga disfrutar lo que hacemos. Cuando ponemos pasión a nuestro trabajo logramos dejar una huella que se convierte en la ventaja competitiva de cualquier emprendimiento, y por consiguiente, viene el resultado económico positivo. Pero si persigues únicamente dinero, la realidad es que simplemente tu proyecto puede estar amenazado.

– Si decides emprender debes saber: Que al momento de tener tu propio proyecto, en vez de tener  sólo  un  jefe,  tendrás  varios  jefes,  como  son  los  clientes,  los  proveedores,  tus colaboradores, la DGII, el gobierno, entre otros. La independencia, al tener tu proyecto, no te hace libre de actuar con responsabilidad ante tus grupos de interés.

– Conformar un equipo de trabajo de éxito es esencial en todo proyecto de emprendimiento. Recordemos que los resultados empresariales no se logran solo con grandes ideas, son los equipos de trabajo los que hacen realidad día a día la visión del emprendedor.

– Los proyectos deben iniciar pequeños, que ellos mismos vayan tomando cuerpo y creciendo. Nuestra recomendación es que el primer fondo de inversión de todo pequeño proyecto sea el fruto de los ahorros que bajo sacrificio ha podido hacer el emprendedor. Esto tiene una doble enseñanza: Si duele ahorrar, dolerá más perderlo.

– Buscar un mentor. Siempre es una buena opción contar con una persona allegada con experiencia empresarial que pueda asesorarnos. Es recomendable que el mentor no esté involucrado en el proyecto ni como inversionista, cliente, ni en laborales de asesoría. Se necesita una persona neutral que pueda ver desde el balcón.

– Perder el miedo al fracaso. A pesar de que realicemos nuestro plan de negocios simulando varios escenarios, bajo los cuales competiremos y apostamos que todo saldrá bien, hay que estar preparados para que el entorno cambiante y las circunstancias no jueguen a nuestro a favor.  Que nos vaya mal en una idea de negocios no es descabellado, es sólo un tropezón en el camino; la retirada a veces es una buena estrategia. Si nos va mal, comenzar de nuevo es la opción, aprender de los errores, pero nunca dejarnos estrangular por el temor a fracasar. Está demostrado que lo que paraliza no es el fracaso, sino el temor a fracasar. Intentarlo nueva vez aprendiendo de los errores pasados es de valientes y es parte del camino al éxito.

Emprender es un camino lleno de satisfacciones personales, profesionales y sociales. Emprendiendo podemos contribuir con el crecimiento de nuestra sociedad. Satisfaciendo necesidades de mercado con nuestro producto o servicio podemos ser responsables socialmente, al tener ofertas de empleo y ayudando al desarrollo profesional de nuestros colaboradores, al tiempo que, aportamos a las finanzas gubernamentales con el pago de nuestros impuestos, con lo cual, logramos además nuestro desarrollo profesional y económico.

Es simple: llegó el momento de luchar por el logro de nuestra visión y que se concreten nuestros sueños a través del emprendimiento de nuestras ideas de negocios, tratando de no morir en el intento.